lunes, 2 de noviembre de 2009


Cuando queremos, lo que queremos es que el otro también quiera. Nos esforzamos, nos arriesgamos para lograr que el otro también quiera, ese es el verdadero deseo. Y el deseo es incompleto si es sólo de uno, necesitamos de otro, necesitamos querer lo mismo. Uno puede querer que el otro quiera, pero no puede obligarlo a querer. Por más que uno quiera y quiera que el otro quiera, las cosas serán cuando deban ser.
Hay que aceptar aunque duela, que siempre será lo que tenga que ser.

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